-Observación: nuestro objetivo era probar que los niños
que habían presenciado violencia doméstica en sus casas por parte de sus padres
hacia sus madres al crecer copiarían estas conductas agresivas y violentas con
sus madres y con sus respectivas parejas en caso de que tuviesen.
-Hipótesis: los adolescentes que han tenido una
infancia donde el padre maltrataba a la madre actúan de forma violenta con su madre
e incluso con su pareja.
-Variable independiente: el haber observado estas conductas
agresivas de sus padres hacia sus madres cuando eran pequeños.
-Variable dependiente:
tener las mismas reacciones agresivas que tenían sus padres con sus
parejas/futuras parejas o madre.
-Grupo de control: serán los adolescentes que han visto esas
agresiones y más adelante en este artículo hablaremos del seguimiento que les
hicimos.
-Experimento: para conseguir información y asegurarnos
del entorno familiar que tuvo el niño en el pasado fuimos a la casa de la mujer
y a varias terapias de grupo donde había mujeres maltratadas por sus parejas.
Las pedimos que nos contasen la actual situación de su hijo con respecto a la
mujer para ver si así él ya empezaba a mostrar síntomas de violencia. En este
experimento decidimos evaluar adolescentes varones con una edad de entre 15 y
20 años. Todo esto del experimento fue voluntario por todas las partes.
Para comprobar esto lo primero que hicimos fue hacer un test a las
madres que voluntariamente decidieron participar en este experimento. En él se
incluían preguntas como:
-¿Qué edad tiene su hijo?
-¿Estaba presente cuando usted era maltratada?
-¿Reacciona de forma agresiva cuando algo no le gusta o cuando se
le reprocha algo?
-Si su hijo tiene pareja, ¿sabe usted si sigue conductas
agresivas?
-¿Estaría dispuesta a seguir con el experimento?
Después de haber hecho este test, escogimos a diez madres para
continuar con el experimento.
Las elegidas creíamos que eran las que cumplían los requisitos
para hacerlo después de haber respondido las preguntas del test.
La segunda parte del experimento era colocar cámaras en los
domicilios de las madres. Luego hablamos con las madres para ver si podíamos
hacer lo mismo con las novias (en caso de que las tuvieran), de las diez
posibilidades que habían cinco de ellas accedieron a hacerlo ya que vivían con
él (dos de los casos) y luego en los otros tres casos, la novia pasaba bastante
tiempo con él en la casa de la madre de él a solas. En los otros cinco
restantes, sería la madre la que llevaría a cabo la continuación del
experimento.
Se realizó la instalación de las cámaras con la ayuda de un equipo
de expertos, durante un mes, decidimos crear situaciones ficticias que podrían
crear reacciones similares a las reacciones que tenían los padres cuando ellos
estaban presentes en las agresiones.
-Demostración: cuando creamos estas situaciones
ficticias todos los adolescentes reaccionaron de la misma manera, alzando la
voz, queriendo tener la razón en todo y utilizando las agresiones en caso de
ser necesarias. Vimos actitudes y conductas propias de violencia de género
creadas en el pasado al haberlo vivido en la infancia.
-Tesis: tras un largo estudio y análisis de las
grabaciones descubrimos que era así, que la hipótesis que habíamos planteado se
cumplía.
Sebastián Ruiz y Jorge Vega